sábado, 1 de diciembre de 2012

¿Depresión Postparto? Diversos enfoques a un camino de autoconocimiento y transformación.


por Dra. Norma Emilia Escalante Betancourt

Ver  la depresión postparto  desde una perspectiva integral  y holística es  imprescindible para  desmitificar  la condición deplorable en la que la mujer se sumerge cuando por algún motivo se le  califica con ésta patología.Las mujeres entramos en un proceso  de pérdida de nuestra identidad y por lo tanto a una necesaria reestructuración como personas desde el momento en que nos sabemos embarazadas. 

 Vivenciar el embarazo, el parto y nacimiento de nuestros hijos, lactar y criar,  son eventos que marcan nuestro proceso de vida  y  que requieren ser reconsiderados primeramente por nosotras mismas las mujeres para revalidar  nuestras funciones instintivas y corporales que nos pertenecen y que hasta ahora han pasado por el filtro de los enfoques lógicos y  científicos de una cultura que da más importancia a la tecnología, el bienestar material  y la comprobación científica, pasando por encima de la evidencia de la historia, sensibilidad y experiencia humanas.

Es por eso que considerar a la maternidad, crianza y lactancia desde  sus aspectos no solo biológicos, hormonales, sino también desde sus consecuentes cambios   emocionales y psicológicos encaminados  justo a preservar la especie humana, es importante para que cada mujer sepa el motivo de sus sensaciones, emociones y estados  psíquicos a los que inevitablemente  entra cuando se convierte en madre y que aparentemente, desde la visión  científica  y social son inadecuados o anormales.

Como sabemos, si la mujer vive la experiencia del parto con libertad, valorada, acompañada, respetada  o por el contrario en pérdida de su palabra, deseos, valores, no escuchada,ó tratada como niña,  y aún ultrajada, como puede suceder en la atención cotidiana por los familiares, el gremio médico y la sociedad entera, repercute en su capacidad para lactar  y criar y por lo tanto en su capacidad de conectarse con el bebe y crear el vínculo necesario para la salud de ambos, ya que de aquí depende el desplegamiento del potencial humano para el recién nacido y la reafirmación de su valor, autonomía  y autoconfianza  para la mujer como madre.

Dar a luz nos  cambia la vida. Estas palabras son clave para entender lo que nos sucede después de parir y  nuestra  abrupta inmersión en un mundo diferente, regido por  el instinto, la intuición, las sensaciones corporales, el no tiempo. De ahí la reestructuración que de cualquier manera se dará de todo nuestro ser, sea nuestro cuerpo, nuestra  energía, nuestra aura, nuestra psique, y nuestra manera de presentarnos ante otros.  Esta transformación  pasa por una crisis, crisis que nos lleva a preguntarnos quienes somos y que queremos  hacer con nuestro nuevo estado de vida.

Crisis que nos confronta con nosotras mismas y cuyo recordatorio es ese pequeño ser  que tenemos a nuestro cargo y que depende totalmente de nosotras para sobrevivir. El cómo manifestamos nuestra maternidad tiene que ver con cómo fuimos nosotras maternadas y cómo fue nuestra infancia, por lo tanto con nuestras carencias  así como con nuestros recursos.En éste proceso de confrontación el bebé nos refleja, como seres fusionados que somos, aquello que no vemos de nosotras mismas. Aquello que rechazamos  de nuestras vidas por ser tan  doloroso:  nuestros vacios y qué armas hemos tenido que construirnos para llenarlos o semillenarlos. Más también es la oportunidad de recordarlo, revalorarlo y  sanarlo a través precisamente de vivirlo de nuevo. Para finalmente brindar a nuestro hijo o hijita aquello que nos pide  primero que es estar conectadas.

 La depresión postparto es una situación a la que podemos entrar.Para esto requerimos estar presentes y conscientes de nosotras mismas.  Recibir el sostén de un círculo a nuestro rededor, que  nos contenga, no para que nos diga lo que tenemos que hacer y mantenernos en la incapacidad  sino para recordarnos nuestra fortaleza, así como nuestra sensibilidad,  para creer de nuevo en nosotras mismas y enfrentar un mundo afuera que  muchas veces va contra nuestras tendencias y funciones   maternales.



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