lunes, 23 de septiembre de 2013

Gracias por maternar la madre que soy, por cuidar de ella y por amarla.

por Ahtziri Valdivia



La maternidad me ha llenado de luz y también me ha  hecho sumergirme en mi  propia sombra, me ha traído un sin fin de dudas, momentos de confusión,  soledad,  tristeza,  frustración y desesperación, momentos que con amor se van transformando y sanando, momentos que me enseñan a confiar mi, y en mi  capacidad  de amar y de ser madre.

Y esa  confianza ha estado como una certeza  desde un  principio, pero la he descubierto  poco a poco gracias a muchas personas que me rodean. Hoy agradezco a las mujeres que me ayudan a descubrir la sabiduría femenina que hay  en mi interior, mujeres maravillosas que han sido mis guías, que me han servido como  espejo, como inspiración, mujeres que han estado dispuestas a aprender conmigo del mundo de  la maternidad, muchas sin ser madres, pero todas con un amor inmenso a la vida y a la fuerza creadora de  las mujeres.

Agradezco a  ustedes mujeres, doy gracias a mi  madre, a la madre de mi esposo, a mis co-madres,  amigas y hermanas, gracias a todas las mujeres que me  acompañan en mi maternidad, que conversan con gusto de mis experiencias de madre, que me auda a cuida a mi hijo con amor, gracias a las  mujeres maravillosas que me han apoyado,  y que han  respetado  mis  decisiones, porque han  comprendido que cada madre es única y  me han permitido equivocarme, aprender de mis errores y ser madre libremente.

Agradezco a todas ustedes,  porque sus abrazos, sus visitas, su compañía,  sus palabras y su  presencia me han hecho sentirme segura, acompañada, atendida  y amada, y eso me ha permitido entregarme plenamente a mi hijo.

Gracias por maternar la madre que soy,  por cuidar de ella y  por  amarla.

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