Y esa confianza ha estado como una certeza desde un principio, pero la he descubierto poco a poco gracias a muchas personas que me rodean. Hoy agradezco a las mujeres que me ayudan a descubrir la sabiduría femenina que hay en mi interior, mujeres maravillosas que han sido mis guías, que me han servido como espejo, como inspiración, mujeres que han estado dispuestas a aprender conmigo del mundo de la maternidad, muchas sin ser madres, pero todas con un amor inmenso a la vida y a la fuerza creadora de las mujeres.
Agradezco a ustedes mujeres, doy gracias a mi madre, a la madre de mi esposo, a mis co-madres, amigas y hermanas, gracias a todas las mujeres que me acompañan en mi maternidad, que conversan con gusto de mis experiencias de madre, que me auda a cuida a mi hijo con amor, gracias a las mujeres maravillosas que me han apoyado, y que han respetado mis decisiones, porque han comprendido que cada madre es única y me han permitido equivocarme, aprender de mis errores y ser madre libremente.
Agradezco a todas ustedes, porque sus abrazos, sus visitas, su compañía, sus palabras y su presencia me han hecho sentirme segura, acompañada, atendida y amada, y eso me ha permitido entregarme plenamente a mi hijo.
Gracias por maternar la madre que soy, por cuidar de ella y por amarla.
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