viernes, 13 de julio de 2012

El parto


por Gurmukh Kaur Khalsa

Todo  el mundo  habla  con mucha  seguridad  de lo que  ocurre en  el  embarazo. Todo  el mundo quiere  dárselas  de entendido  y  se  esfuerza  mucho en  lograrlo. Las  mujeres quieren tener  un parto  perfecto  y  un  hijo perfecto. La simple mención  de  la palabra  "parto" hace que todo  el  mundo  se ponga serio. Es preciso ver  el  alumbramiento  con  dicha: ¡significa  que  pronto  tendrás  a  tu  hijo en  brazos! No quieras que  el parto  termine pronto o que  haya pasado. Te perderás un  momento en el que  puedes estar presente. Si siempre  estamos pensando en  el  pasado  o  en  el futuro,  la vida  no es  vida.

Lo  importante es que vayas  hacia dentro, que  entres  en  sintonía con  tus  sensaciones corporales. Abrazaos,  jugad y  hablaos  con dulzura, de  manera  intima. ¡Besaos! La energía que hizo  surgir  al bebé es  la misma que  le  ayudará  a llegar  al mundo. Si  bailas hazlo desde el  vientre. ¡Ayudarás  a que  el alma  que  está en  ti  descienda  por el  canal del parto e  inicie su  camino  por  esta  vida! "Tened  en cuanta que cada contracción  acerca  un  poco  más  al  bebé en  vuestros  brazos."Cuando  la  contracción  termine,  aprovecha  para recuperar  el aliento. Recuerda  que  aún  en  plena  tormenta,  al  respuesta  estará  ahí, frente a ti,  solamente tienes que  mantener  la calma. En  algunos  casos,  alguien  hará un  comentario que parecerá absurdo o  sin  importancia pero que  será la pista que  te  llevará a otro  pensamiento que, a su  vez, te hará comprender algo  que necesitabas  entender. El  comentario azaroso  se  convierte  así, en  un regalo que te recuerda lo que  ya  sabías. 

Durante  el parto, invoca a una  fuerza  superior a  la tuya. Si  el  concepto  de  dios es un  problema  en tu  caso, apela a  las  almas  de todas  las mujeres que han  parido   antes que tú a  lo  largo de  los  tiempos. Busca  el  infinito  en  la  fuerza colectiva de las mujeres. El  tercer ojo del que hablamos en yoga corresponde  directamente con  la  glándula  pituitaria, que  es la encargada de liberar  óxitocina que ,  a su  vez es  la  que  el  útero se contraiga. Tu  cerebro  no para  de  dar ordenes relativas parto  mientras recibe  un  sin  fin  de  mensajes distintos,  entre los que figuran  también  como  te  encuentras  anímicamente. El  miedo  y  al ansiedad cierran  el  flujo  de  óxitocina por  lo que  dificultan el parto y  pueden  incluso llegar a bloquearlo.

Nadie  sabe a  cierta  ciencia que  mecanismo  inicia el parto. Los  textos antiguos sugieren  que  el  bebé está meditando  en  la  madre  y que,  de pronto ,  llama a un a puerta  cerrada y  dice  "Querida madre, ya estoy  listo  para salir  al mundo."No  te  aferres a ninguna idea. No  cuentes ni  calcules la  duración de  cada contracción,  los  centímetros  de  dilatación,  las  horas que  llevas  de parto  o cuánto  has  dormido. La mayoría de  nosotras  no sabe como soportar  el dolor y  por  ello procuramos  evitarlo. Nuestras mentes se  quedan  enganchadas en  la  contracción aunque  ésta a haya  terminado,  y  sea algo  del pasado. Siente cada  contracción  pero  luego, déjala  ir. A eso  me  refiero  cuando  te  aconsejo que  uses una mente  meditativa.
La clave  está en abandonarse. El  parto es  como  la  vida, no  hay garantías. ¿Puedes  abandonarte  a cada respiración,  cada  contracción,  dejarlo  todo en  mando  del  creador que  te  hizo a ti y a  tu  hijo? Confía en que  el creador sacará  al  niño de tu  vientre. En  última  instancia,  tú no  eres  el  artífice  del  bebé.  Su  creador  es  el  mismo  que  creó  loas  estrellas  a  partir  del polvo. Y  sin  embargo,  tú  formas  parte de  esa energía  creadora. En  Yoga  decimos “Dios es yo, yo  y Dios, somos  uno.” Es hora  de que  invoques  a energía de las mujeres,  santas y  sabias que te  han  precedido. Cambia  tu  estado emocional, (me refiero concretamente a tu  miedo) por  devoción. Es hora de  ser  paciente. Recuerda que la paciencia  siempre  da resultados.

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