por
Gurmukh Kaur Khalsa
Todo el
mundo habla con mucha seguridad de lo que ocurre
en el embarazo. Todo el mundo quiere dárselas de
entendido y se esfuerza mucho en lograrlo. Las
mujeres quieren tener un parto perfecto y un
hijo perfecto. La simple mención de la palabra
"parto" hace que todo el mundo se ponga
serio. Es preciso ver el alumbramiento con dicha:
¡significa que pronto tendrás a tu hijo en
brazos! No quieras que
el parto termine pronto o que haya pasado. Te perderás un
momento en el que puedes estar presente. Si siempre estamos
pensando en el pasado o en el futuro, la
vida no es vida.
Lo
importante es que vayas hacia dentro, que entres en
sintonía con tus sensaciones corporales. Abrazaos,
jugad y hablaos con dulzura, de manera intima. ¡Besaos!
La energía que hizo surgir al bebé es la misma que le
ayudará a llegar al mundo. Si bailas hazlo desde el
vientre. ¡Ayudarás a que el alma que está en
ti descienda por el canal del parto e inicie su
camino por esta vida! "Tened en cuanta que
cada contracción acerca un poco más al bebé
en vuestros brazos."Cuando la
contracción termine, aprovecha para recuperar el aliento.
Recuerda que aún en plena tormenta, al
respuesta estará ahí, frente a ti, solamente tienes que
mantener la calma. En algunos casos, alguien
hará un comentario que parecerá absurdo o sin
importancia pero que será la pista que te llevará a
otro pensamiento que, a su vez, te hará comprender algo que necesitabas
entender. El comentario azaroso se convierte así,
en un regalo que te recuerda lo que ya sabías.
Durante el
parto, invoca a una fuerza superior a la tuya. Si el
concepto de dios es un problema en tu caso,
apela a las almas de todas las mujeres que han parido
antes que tú a lo largo de los tiempos. Busca
el infinito en la fuerza colectiva de las
mujeres. El tercer
ojo del que hablamos en yoga corresponde directamente con la glándula
pituitaria, que es la encargada de liberar óxitocina que ,
a su vez es la que el útero se contraiga.
Tu cerebro no para de dar ordenes relativas parto
mientras recibe un sin fin de mensajes
distintos, entre los que figuran también como te
encuentras anímicamente. El miedo y al ansiedad
cierran el flujo de óxitocina por lo que
dificultan el parto y pueden incluso llegar a bloquearlo.
Nadie sabe a
cierta ciencia que mecanismo inicia el parto. Los
textos antiguos sugieren que el bebé está meditando
en la madre y que, de pronto , llama a un a
puerta cerrada y dice "Querida madre, ya estoy
listo para salir al mundo."No te
aferres a ninguna idea. No cuentes ni calcules la
duración de cada contracción, los centímetros de
dilatación, las horas que llevas de parto o
cuánto has dormido. La mayoría de nosotras no sabe como
soportar el dolor y por ello procuramos evitarlo.
Nuestras mentes se quedan enganchadas en la contracción
aunque ésta a haya terminado, y sea algo del
pasado. Siente cada
contracción pero luego, déjala ir. A eso me
refiero cuando te
aconsejo que uses una mente meditativa.
La clave
está en abandonarse. El parto
es como
la vida, no hay garantías. ¿Puedes abandonarte
a cada respiración, cada contracción,
dejarlo todo en mando
del creador que te
hizo a ti y a tu hijo? Confía en que el creador sacará al
niño de tu vientre. En última
instancia, tú no eres
el artífice del
bebé. Su creador
es el mismo
que creó loas
estrellas a partir
del polvo. Y sin embargo,
tú formas parte de
esa energía creadora. En Yoga
decimos “Dios es yo, yo y Dios,
somos uno.” Es hora de que
invoques a energía de las
mujeres, santas y sabias que te
han precedido. Cambia tu
estado emocional, (me refiero concretamente a tu miedo) por
devoción. Es hora de ser paciente. Recuerda que la paciencia siempre
da resultados.
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