miércoles, 13 de febrero de 2013

La madre

de Gioconda Belli

La madre 
se ha cambiado de ropa.
La falda se ha convertido en pantalón,
los zapatos en botas,
la cartera en mochila.
No canta canciones de cuna,
canta canciones de protesta.
Va despeinada y llorando 
un amor que la envuelve y sobrecoge.
No quiere ya sólo a sus hijos,
ni se da sólo a sus hijos.
Lleva prendidas en los pechos 
miles de bocas hambrientas. 
Es la madre de niños rotosde muchachitos que juegan trompo en aceras polvosas.
Se ha parido ella mismasintiéndose -a ratos -
 incapaz de soportar tanto amor sobre los hombros, 
pensando en el fruto de su carne
 -lejano y solo- 
llamándola en la noche sin respuesta, 
mientras ella responde a otros gritos, 
a muchos gritos, pero siempre pensando en el grito solo de su carne 
que es un grito más en ese griterío de pueblo que
 la llama y le arranca hasta sus propios hijos 
de los brazos.                                                                           (El ojo de la mujer)

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