Pareciera que todo está dicho ya... hay UNA forma de ser bella, nos lo dicen bien claro, con tallas, medida y peso exacto que delinean el cuerpo perfecto, hay una manera de ser feliz y exitosa, que deja fuera a la gran mayoría de profesiones, ocupaciones y vocaciones.
Pese a todo esto, he visto belleza en cuerpos tan diversos, tan diferentes, tan vivos, tan reales, he tenido la dicha de conocer a mujeres que poseen tanta inteligencia y sabiduría dedicándose a profesiones y ocupaciones tan distintas, que tengo la certeza de que no hay UNA forma "correcta" de ser mujer sino tantas como mujeres en el mundo.
No hay UN destino que nos espera por ser mujeres; ser esposas, madres y amas de casa, son algunas de nuestras opciones, más no obligaciones ni condenas sociales, el abanico de posibilidades es mucho mas amplio, y para las que somos, esposas, madres y/o amas de casa, también se nos abren caminos infinitos.
Entonces, ¿Por qué tratar de que las madres seamos de UNA sola forma? e institucionalizar y masificar una de las experiencias más sagradas como lo son el nacimiento de nuestros hijos, que son experiencias personales y únicas para cada mujer.
Hay tantas formas de celebrar el nacimiento, tantas formas de darle la bienvenida un hij@ que van más allá de los protocolos médicos y políticas institucionales, que vale preguntarnos cómo, dónde y con quién queremos parir, vale preguntarnos qué queremos compartir con nuestros hijos, cómo queremos relacionarnos con ellos, y hacerlo a nuestra manera.
Vale darnos la oportunidad de descubrir y construir nosotras mismas nuestra forma de pensar, de amar, de gozar, de crear y de vivir.
¡MUJERES, en plural, caminemos nuestros propios caminos!
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